En el lugar en que me crié, había varios niños y obviamente en esa época, a quien no tenía un sobrenombre, había que buscarle uno....
Así es que estaban: Pato, Toño (no todos tenían uno exclusivo), Teti, Caco, Cacharro, Marcucho, Yoyo, Kiko, etc..., ya no los recuerdo a todos...
Y bueno, tener una pelota te hacía automáticamente el capitán del equipo, árbitro y quien fija los tiempos de juego, además de elegir su equipo.... Ese era el símbolo del poder....
Por ese tiempo, entre la vereda y la calle había un espacio de unos 2 ó 3 metros, que sumado a la vereda hacían una cancha perfecta, un par de piedras representaban el arco y existía una norma particular: "Todo es cancha", o sea, se podía hacer rebotar en la pared, pasar tras el arco, pero los goles sólo eran tirando desde la parte "oficial" de la cancha y no incluía esos espacios adicionales.
La verdad, nunca fui bueno para jugar, y como siempre llegaba tarde al balón, pero a tiempo a la canilla, es que me comenzaron a censurar.... Si quería jugar, tenía que ser al arco..... y así era, dia a dia.... Igual me "llenaban la canasta" y estas gestas se prolongaban hasta el atardecer.... Momento en que era llamado el dueño de la pelota para que se fuera a su hogar y con él, se iba la pelota.
Lo curioso es que mientras yo pensaba que esa práctica era exclusivamente nuestra. Años después, mientras estaba en la Universidad; unos compañeros se juntaron a jugar un partido de fútbol, el cual terminó cuando abrúptamente se fue el dueño de la pelota.... Y se llevó la pelota....
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