domingo, 22 de junio de 2014

Adiós Ferretería La Olleta

"Después de 91 años en Temuco cierra la ferretería La Olleta" (SIC)... Así señalaba el titular del diario local, y en el desarrollo de la misma, anunciaba el cierre de esta, para mediados de julio del año en curso...

Yo trabajé en La Olleta. Estuve entre octubre de 2000 y diciembre de 2001.

Según recuerdo, era una empresa que tenía una enorme variedad de artículos para la venta, y por lo mismo, el orden era algo primordial.

Había una sección que recibía todas compras de productos que se comercializaban (tanto los que llegaban desde el extranjero, como las compras que efectuaba a sus proveedores nacionales). También tenía un departamento de adquisiciones, que se encargaba de realizar los pedidos. Un departamento informático que mantenía operativo el sistema de ventas, pedidos y stock. Una oficina de contabilidad, otra que veía las notas de crédito y las de gerencia...

Por aquellos años estaba vivo don Herbert Massmann padre; el hijo (de igual nombre), recién se integraba al trabajo en la misma. Además estaba Carlos Fingerhut (quien todavía no era Consul de Alemania) y señora. Todos los puestos de jerarquía estaban en manos de personas con apellido alemán, a excepción de Mauricio Onetto, quien fue alumno de Herbert Massmann hijo.

En la fotografía, Carlos Fingerhut a la izquierda y Herbert Massmann al centro (o el tercero).

(Hoy en día, Mauricio Onetto es Maestro y lector de Registros Akáshicos... "Esa Onda"...)

En cuanto a los trabajadores, se podría decir que habían dos categorías: Los de bodega, y los vendedores... La diferencia podía estar en el sueldo, o en que solo los vendedores ganaban comisión (0,4% de las ventas  propias líquidas, o sea, sin I.V.A.)

Como todos o la gran mayoría de los vendedores, comencé en bodega. Eso me permitiría familiarizarme con los materiales y conocer su ubicación... Mi paso por ahí fue de solo una semana. Otra en la sección maderas, donde operaba el Placacentro de MASISA. Esto era para familiarizarme con el sistema de ventas. El resto de mi estadía fue en la sección de pinturas, desde donde aprendí el trabajo para el que me habían contratado... Como era competitivo, pronto lideré el volumen de ventas en mi sección... Y la comisión fue un incentivo extra que comencé a recibir tras 3 meses de prueba. Mi código, el 018.

Por esos años, no había Sindicato de Trabajadores... Un intento de formarlo fue aplacado (años antes), por la gerencia. A los cabecillas se les mejoró el sueldo, y los bochincheros fueron despedidos (eran varios)... Meses después, los cabecillas del movimiento también fueron despedidos... Así se acabó con cualquier intento de sindicalismo.

En cuanto a las remuneraciones, estas superaban el salario mínimo. En mi caso, el monto que correspondía a salario mínimo, lo obtenía de manera líquida, aparte mis imposiciones y mi comisión... También pagaban las horas extra... Cada minuto extra trabajado se sumaba. Yo, en promedio, todos los meses acumulaba 10 horas.

Hoy en día existe Sindicato, el cual se manifestó y fue a paro el año recién pasado... Tal vez, ese sea uno de los motivos que estimule el cierre de la Ferretería... Aunque es solo una suposición mía...


El edificio en que funciona, es de una inmobiliaria (donde participan los dueños, obvio), y está diseñado de forma tal, que se puede convertir en locales comerciales más pequeños (así amenazaron a los primeros sindicalistas, quienes frenaron su movilización ante las perspectiva de quedar cesantes)...

El sistema de trabajo era la atención de mesón, donde el vendedor orientaba al cliente y le reunía todo lo requerido... Había que conocer bien el producto que se recomendaba, o el cliente haría un reclamo y el vendedor pasaría un muy mal rato... Me leí cuanta etiqueta y manual llegaba a mis manos. Con el tiempo, mis colegas (mucho más antiguos que yo), me consultaban por alternativas a lo que solicitaba el cliente y, jamás recibí un reclamo por que algo no cumpliera con las expectativas creadas...

Lamento que Temuco pierda una empresa con tanta tradición y que generaba tantos puestos de trabajo...

Simplemente queda decir: Adiós!, Ferretería La Olleta... 

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