martes, 3 de junio de 2014

Hortensia

Había sido un día más de trabajo arduo y agotador, pero como era su costumbre, se dirigía de muy buen ánimo a casa, para disfrutar de la compañía de su familia...

Ese día entró por la puerta de la cocina, muy silenciosamente, para darles una sorpresa... Jamás imaginó que el sorprendido sería él... Sintió el llanto de su hija, mientras le confesaba a su madre, que estaba embarazada... Tan solo tenía 17 años... Él quedó frío de la pura impresión...

Se le vino a la mente su niñez... Su hermana Hortensia... "La más bella de las Hortensias, del cuidado jardín de la mamá"... Era su amiga, su compañera de juegos, su cómplice en las travesuras... A pesar de que ella era 7 años mayor que él, jamás dejó de abrazarlo, mimarlo y cuidarlo... Como si fueran gemelos, y tuvieran la misma edad...

Eran otros tiempos... Los papás eran menos permisivos que los actuales... Ella no tenía pareja, aunque a la casa siempre llegaba Carlos... Un compañero de curso de toda la vida, con quien estudiaban y hacían tareas juntos. Obviamente él estaba en medio, haciendo dibujos o pintando historietas...

Una mañana sintió un grito y un golpe, que provenía desde el baño... Corrió junto a su mamá y la vieron tendida en el piso... A la altura de su cintura se veía una gran mancha de sangre... Llegó la ambulancia; sus labios eran casi blancos... En el hospital no había especialistas ni recursos, ni menos sangre para hacerle transfusión... No bastó con el suero...

En el living de la casa instalaron una fría caja de madera... Ahí yacía el cuerpo de su hermana... ¿Qué le había sucedido?... Con el tiempo supo que Hortensia había sufrido un aborto... Había ido donde una vieja yerbatera a "hacerse remedio", y la consecuencia fue sufrir una hemorragia imparable... Hasta fallecer... Tenía 17 años...


¡Eso no le iba a pasar a su hija!... ¡La historia no se iba a repetir!... Interrumpió la conversación y abrazó a su pequeña con energía, pero con ternura... No quería causarle un daño con el abrazo... Ese mismo día la llevó a un ginecólogo y la acompañó a cada uno de sus controles... Se emocionaba al ver en ese pequeño monitor que tenía el doctor. ¡Cómo crecía y crecía el bebé!... Conversaban mucho, de todo. De la vida, del futuro, de como se iba sintiendo... Le contó la historia de su hermana... Se abrazaron y lloraron juntos...

El día del parto estaba toda la casa revolucionada... Nacería el bebé y todo debía estar perfecto para recibirlo... Era una pequeña criatura... La más linda del mundo, decía él... Su hija corrió el pañal que cubría el pequeño bulto que tenía entre los brazos, y la joven madre le dijo al bebé: Aquél que está ahí, con cara de gruñón, ese es tu abuelo... Mi pequeña y bella Hortensia... 


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