miércoles, 20 de junio de 2012

El Bufo y el Chapulín

Partiré hablando del Chapulín... Era el gato de la familia, grande, ágil y como dicen, un gran cazador de lauchas.... No se admiren tanto, por aquellos años de mi infancia, las casas (que de por sí ya eran grandes),  tenían grandes patios; algunos con altos pastizales y, eso generaba espacios para estos roedores (los cuales tienen la mala costumbre de allegarse a los hogares).... Pues bien, el Chapulín era seco... Una vez lo ví con una laucha en el hocico, otra sujeta con una de sus patas delanteras y atenta a cazar la tercera que andaba en un reducido espacio....
A nosotros ese gato nos daba ese nivel de seguridad en el control de plagas.... A veces se perdía horas o días, pero luego aparecía. Hasta que no volvió más.... Mi papá lo encontró flotando en una alcantarilla, a unos 50 metros de la casa... Oí que al parecer lo habían apedreado.... Me dio muchísima pena... Ese gato jamás me dio un solo rasguño... Con el tiempo llegaron a la casa otros que sí.... Nunca más volví a tener un gato regalón... Fue el primero y el último....

En cuanto al Bufo... Ese fue mi perro, el único y más grande de todos... Callejero como él sólo.... Tenía la costumbre de sentarse en sus patas traseras y cuando uno le tendía la mano, apoyaba la pata... Podríamos decir que "daba la mano"... Nunca lo ví agredir a nadie... Sólo vagar...
Uno de mis recuerdos más claros es que siempre nos acompañaba al colegio y una vez que entrábamos, desaparecía con rumbo desconocido... Sin embargo, al salir de clases siempre estaba ahí para acompañarnos de vuelta a casa... Se preguntarán si era un simple quiltro... Pues no.... Era algo más que eso... Nunca pude definir que origen tenía, pues, su pelaje era largo como el de un seter irlandés, pero prodominada el negro con mucho matiz de pelaje blanco (casi gris), de orejas largas como un cocker y la cabez de similar forma.... Si se paraba apoyado en nuestros hombros, medía más que nosotros (que para ese entonces tendría unos 6 ó 7 años)...

Quienes lo ubicaban, decían que este perro nunca recibía pan u otra comida de gente desconocida. Sin embargo, cierto día llegó jadeando, directo al patio trasero, se tendió sobre restos de aserrín y permaneció ahí por horas.... Hasta que falleció.... Fue algo muy triste... Muy penoso...

Hubo otros.... Muy tiernos por cierto... Pero duraban muy poco, se perdían, los robaban, quien sabe.... Jamás pude encariñarme tanto con otro pequeño ser.... Ellos me generaron un estereotipo de mascota que ninguna más logró.... Algún día tendré un gran espacio y si las cosas se dan, quién sabe.... Pero este no lo llenará cualquiera.... Debe ser un vago, tranquilo y atento, como aquél que me acompañó en mi infancia... Debe ser un nuevo Bufo.... Y no aceptaré otro....

3 comentarios:

  1. jajaja el bufo, el perro que segun mi mama llegaba con cosas en el hocico a la casa.
    y con esta historia termino de leerlas todas, ahora esperare impaciente otra de tus aventuras.

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  2. Que linda historia, ya te lo he comentado antes pero,
    una vez más lo dejaré plasmado en este comentario. Me evoca tiempo lindos, románticos, tan llenos de amor y
    belleza que producen nostalgia.
    Quedo a la espera de un mágico relato

    Abrazos

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Gracias por dedicarme tu tiempo y tus palabras...